sábado, 13 de mayo de 2017

Prácticas Otoño 2017



El otoño significa madurez, ponderación, calma, sapiencia. Es cuando todo empieza a aquietarse. Después de la luz brillante del verano, de la energía desplegada hacia el exterior, el Otoño nos invita a caminar de retorno hacia dentro, nos marca el inicio de un ciclo de vuelta personal hacia ti mismo, de un tiempo introspectivo, preparándonos para la etapa más interna del ciclo anual, "el invierno". La naturaleza se despoja de sus vestidos externos y centra sus energías en las pulsiones internas: las hojas caen, se han recogido los frutos de la tierra, y crecen las raíces hacia dentro. Es la estación en la que recogemos los frutos de la siembra de primavera ya madurados por el transcurso del verano. En la medicina tradicional china de los cinco elementos el otoño se relaciona con el metal. Representa las sales y minerales de la tierra cuya función es crear estructura y comunicación (en el cuerpo humano es crear tejidos como la piel o el cabello). El elemento metal está asociado a muchos aspectos internos y externos: con la dirección oeste; con el color blanco; con los órganos: el pulmón y el intestino grueso, con las emociones: tristeza, melancolía, pena y recuerdo; la nariz como órgano y el olfato como función sensorial; el sabor picante, especiado; el clima seco... También pertenecen a este elemento, la piel que conjuntamente con el pulmón y el intestino grueso tiene importantes funciones de eliminación de desechos y tóxicos. Es por ello que los días iniciales del otoño, (al igual que la primavera), son ideales para hacer limpieza del cuerpo, desintoxicarlo y aligerarlo. El estado saludable dependerá de un equilibrio entre las actividades hacia afuera y las actividades regulares dirigidas hacia adentro. Es una temporada para dedicarle tiempo a los procesos creativos, al canto de mantras, a la limpieza tanto del intestino como de las emociones y sentimientos de los que debemos liberarnos para afrontar la tristeza y falta de luz del invierno. El intestino grueso es el encargado de absorber el agua de los desechos líquidos que vienen del intestino delgado. Según la medicina china está asociado a los dolores de cuello y hombros por encontrarse dentro del mismo meridiano energético. Cuerpo, mente y espíritu se conectan mediante la respiración, mediante el control voluntario de nuestra respiración. La respiración es la única función vital sobre la que podemos influir, logrando que se unan y equilibren voluntariamente lo consciente y lo inconsciente produciendo grandes beneficios: purificar la sangre, aumentar la alegría de vivir, limpiar los pulmones, aumentar la concentración, disminuir la fatiga y las secuelas del stress, revitalizar la circulación y el corazón, desbloquear el diafragma y con él las emociones reprimidas. El diafragma es quien separa los pulmones del corazón, es un músculo chato y grande. Las emociones reprimidas lo van bloqueando por lo que es necesario realizar trabajos respiratorios para recuperar el correcto fluir de la energía vital entre el abdomen y el pecho... intestinos y pulmones... Por ello recomendamos especialmente hacer pranayamas (ejercicios respiratorios), que además de ampliar la capacidad pulmonar, estimulan la eliminación, proveen de vitalidad y de energía ayudando simultáneamente a relajar el cuerpo. Como por ejemplo, la respiración larga y profunda.


NAMASTE :)

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