miércoles, 20 de abril de 2011

viernes, 15 de abril de 2011

ENTRENAMIENTO Y DESAPEGO

ABHYASA Y VAIRAGYA Todo supone un entrenamiento (ABHYASA), lo que implica una práctica repetida y constante, y un desapego (VAIRAGYA).

Puede ocurrir, que durante la sesión de yoga, el ejercicio despierte una emoción determinada (envidia, miedo, ira, orgullo, sentimiento de incapacidad), emoción que uno puede proyectar (es decir, sacar fuera de si como si no fuese propia), en el profesor, en el compañero de al lado, o de una forma más positiva puede auto-observarse (actitud de testigo), ver la propia proyección, hacerse consciente de ese aspecto de su personalidad y por medio de la práctica del desapego no involucrarse en ella, no reaccionar. Esta forma de práctica provoca liberación de esa emoción, una limpieza consciente de samskaras.


Puede ocurrir, también durante la meditación que ese samskara salga, se exprese a nivel consciente en forma de sonido, colores, imágenes de infancia u otras, a veces inexplicables; el trabajo es el mismo observación y desapego.


En el mismo sentido, por ejemplo, cuando se practica Namaskar (el saludo) se trata de sensibilizar, despertar la conciencia de la zona dorsal. En ella están inscritas muchas actitudes de exceso de responsabilidad, de las que uno se carga en la vida, complejos de culpabilidad, inferioridad (escondiendo el pecho), miedos ante la vida, dificultad de comunicación. Conforme se va modelando, transformando esa zona, abriendo y siempre con un desarrollo paralelo de la actitud de "testigo, observador sin juicio, sin análisis", van saliendo todas esas impresiones, aspectos de nosotros mismos velados, y no sólo en la sala de yoga, sino principalmente en la vida cotidiana.


El practicante va viéndose cambiar, al aceptar e integrar aspecto internos que constituyen lo que en Psicología se denomina "la sombra". Transformando el cuerpo, corrigiendo estructuras corporales, se modificar paralelamente estructuras energéticas y mentales y viceversa.


La práctica para que sea efectiva, debe ir acompañada de un trabajo de depuración psicológica. Si existe un desequilibrio emocional y mental del tipo que sea, se está viviendo negativamente (en los celos, en la envidia, en la competitividad, en el miedo, el orgullo...), no viviendo en uno mismo, sino en relación al exterior, en la crítica constante. Para acceder a ese estado de Realización como humano, lo primero sería resolver el problema. Las técnicas que el yoga propone ayudan a ello, por eso es en gran medida una terapia que el hombre occidental precisa como fase previa de una disciplina espiritual.


CONOCIMIENTO INTERIOR


Todo va unido. El yoga trabaja con todas las estructuras, con todos los componentes del hombre. Es una progresión en planos diferentes. La mente interacciona con los cuerpos físico y energético y recibe mensajes del plano psíquico (intuitivo). El conocimiento interior va llegando cuando todos esos planos se equilibran; cuando el cuerpo ya no es un obstáculo porque está sano; cuando la mente está equilibrada y se potencia, sirviendo de valioso instrumento de progresión en ese emerger interior.


Así, cuando la mente se silencia, el inconsciente se manifiesta como un almacén rico en experiencias de todo tipo. Cuando todos los condicionantes de la personalidad se van limando, purificando, se puede ver "el fondo del estanque".. la mente, en este símil, viene a ser como un lago: si está agitado, el agua se enturbia y no puede verse el fondo, si está calmado hay claridad y puede percibirse lo más profundo. Ver con desapego, humildad y apertura de corazón es lo que libera, desarrollando progresivamente la capacidad de comunicar y amar.