domingo, 20 de noviembre de 2016

La Longevidad según el Yoga


Una de las principales causas por las que nuestra vida no se prolonga por el tiempo que debería, es que no nos amamos lo suficiente. ¿Qué significa amarse? En primer lugar, es darle a nuestro cuerpo las dosis adecuadas de aquello que necesita. El Yoga especifica cinco elementos básicos para que el hombre lleve una larga vida en perfecta salud:
- Respiración correcta. - Calidad de sueño adecuada. - Pensamiento positivo. - Buena alimentación. - Correcta relajación.
La falta de las energías proporcionadas por estos cinco factores o alguno de ellos, es difícil de suplantar por otras cosas, sino imposible. El desgaste de las células, a raíz de la carencia de estos factores, producen un envejecimiento prematuro de los tejidos, lo cual implica una disminución de la vida útil de los mismos. Si bien es cierto que hay quienes alcanzan la longevidad sin aplicar estas técnicas, pero difícilmente lo hagan en perfecto estado de salud o con una mente alerta. LAS CINCO PAUTAS YOGUIS 1) RESPIRACIÓN CORRECTA: Hace referencia a una respiración consciente, lenta y profunda. Existen cientos de ejercicios dentro de las técnicas del Pranayama; desde los más sencillos a los más complejos, es posible elegir aquellos que nos resulten más indicados para nuestra capacidad o nuestro grado de evolución. En Yoga, la respiración siempre es nasal (tanto la inhalación como la exhalación) Se le atribuye mayor importancia a la exhalación, por cuanto es la que ayuda a la eliminación de toxinas, tensiones, pensamientos negativos. Si no se realiza un vaciamiento total de los pulmones, es menos probable lograr una exhalación profunda o ejercitar el aumento de nuestra capacidad respiratoria a través de la apertura de las costillas, como también se dificulta la retención del aire cuando la técnica así lo requiere. La realización diaria de ejercicios respiratorios, permite además la purificación de la sangre, el mejoramiento de las funciones cerebrales, y los más importante, la recuperación de las energías que consumimos durante nuestra actividad diaria. 2) CALIDAD DE SUEÑO: Las horas que dormimos, no están en relación directa con la calidad. Podemos dormir doce horas sin descansar, despertándonos sobresaltados una y otra vez, con pesadillas, girándonos inquietos todo el tiempo, o podemos dormir cinco horas, despertándonos con la sensación de haber descansado realmente. Es necesario hacer hincapié en el ¨cómo¨, más que en el ¨cuánto¨ dormimos. Los ejercicios respiratorios, entre otras cosas, pueden ayudar a obtener una buena calidad de sueño. 3) PENSAMIENTO POSITIVO: ¿Somos conscientes de lo que pensamos permanentemente? Pocas personas lo son. La mayoría de las veces, los pensamientos invaden nuestra mente y no somos capaces de dominarlos. Gran parte del tiempo la pasamos preocupándonos por cosas que tal vez no sucedan nunca. La energía del pensamiento es tan fuerte que, si logramos enfermarnos por las ideas que desarrollamos ¿Cómo no lograr una larga vida sana si enfocamos nuestra mente en forma positiva?. 4) BUENA ALIMENTACIÓN: Alimentarse a consciencia significa saber qué es lo que necesita nuestro organismo y dárselo, más allá de dejarse llevar por las demandas de los sentidos (vista, olfato). Es disfrutar de cada bocado en lo que sería el ritual de la comida., respetando los tiempos que nuestro cuerpo necesita para deglutir, digerir y asimilar aquello que ingerimos. Es aprender a escuchar las señales en demanda de alimento, más que obedecer al tirano reloj que nos marca cuándo comer. Pero por sobre todo, es conocer lo que comemos, creando una dieta adecuada personal, acorde a nuestra actividad, nuestros gustos y guiados por nuestra sabiduría interior. 5) CORRECTA RELAJACIÓN: Si hemos dormido bien, nos alimentamos correctamente, pero pasamos el día corriendo de una lado para otro, nerviosos o agitados, el cuerpo encontrará la forma de hacernos notar su descontento. El Yoga aconseja para esto breves períodos de descanso durante el día, cuando sentimos que nuestra energía ha comenzado a mermar. Estos ¨recreos¨, no necesitan ser prolongados y los podemos realizar metódicamente aún cuando los signos de fatiga no se hayan manifestado aún, para conservar nuestras energías intactas a lo largo de la jornada. Un lapso de cinco a diez minutos sería suficiente para realizar una relajación corporal con lo ojos cerrados, una meditación breve, un ejercicio respiratorio, alguna postura de Yoga. El hecho de estar en una oficina o rodeados de gente, no es excluyente, ya que muchas de las posturas pueden hacerse de pie o sentados.
El ritmo de vida que llevamos por lo general, sumado a la importancia que acordamos al trabajo intelectual hoy en día, nos impiden darnos los tiempos necesarios para conectarnos con el cuerpo, comprenderlo y ayudarlo a que nos acompañe más años en buena forma. No olvidemos que aún si somos mentes brillantes, con ideas para desarrollar por los próximos ¨cien¨ años, necesitamos de un vehículo físico sano para llevarlas a cabo.
Las funciones que cumpliremos cuando hayamos trascendido este plano, están mucho más allá de nuestros pensamientos, por maravillosos o necesarios que puedan parecer.

Démosle a nuestro Sabio Interno, la oportunidad de expresarse. Escuchemos nuestra voz interior.
Si nos jactamos de apreciar la vida, es fundamental aprender a cuidar mejor este cuerpo que nos han dado.



Foto práctica de Yoga Integral , noviembre 2016 ( mujeres multinivel )

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