miércoles, 18 de marzo de 2009

NATURALEZA DE LA MENTE

Los Maestros del Yoga desde la antigüedad gustan comparar a la mente con un mono inquieto que se la pasa saltando de rama en rama todo el tiempo en movimiento incesante.También comparan a la mente con la superficie de un lago agitado por las olas que produce el viento. Las olas son los pensamientos que van y vienen sin cesar, que se encadenan unos a otros infinitamente. Las ondas del pensamiento son como olas en la mente que agitan su superficie de manera incansable. Es imposible ver el fondo del lago cuando las olas agitan su superficie por acción del viento.

Desde la filosofía yóguica en el fondo del lago, o sea por debajo de la mente, se encuentra la esencia del ser humano. Pero es imposible percibirla mientras su superficie está agitada por el ir y venir de los pensamientos, así como es imposible percibir el fondo del lago cuando sus olas se agitan.De la misma forma que cuando el viento cesa de soplar, las olas de la superficie del lago se calman y se puede ver el fondo, cuando los pensamientos se callan se percibe la esencia del Ser. Cuando el lago se aquieta su superficie se vuelve prístina y cristalina y devela su secreto, su fondo. Así también cuando la mente se aquieta devela la paz más profunda posible de experimentar.

Desde el Hatha Yoga podemos decir que el viento que agita la superficie del lago es el prana que se mueve incesante el que agita la superficie de la mente, produciendo los incesantes pensamientos. Es por ello que cuando practicamos asanas o posturas y pranayama o respiración, lo que hacemos es indirectamente controlar el prana o las energías sutiles del cuerpo para que deje de agitar la mente y el pensamiento llegue a su fin, por medios absolutamente inocuos y sin ningún esfuerzo.

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