sábado, 26 de mayo de 2018

La Naturaleza Humana

La naturaleza humana según el budismo
¿Cuántas mentes tenemos?
Por lo general creemos que tenemos una sola mente. Los psicólogos, neurólogos y filósofos, dicen que la mente humana se puede clasificar en diferentes niveles, en general ellos hablan de la conciencia y la subconsciencia, pero en el budismo tenemos otra comprensión de la mente.
Según la enseñanza de Buda Sakyamuni, cada uno de nosotros tenemos ocho mentes distintas. En los Sutras budistas, estas ocho mentes las llamamos las ocho conciencias. Las llamamos conciencias porque tienen la función de conocimiento y discernimiento.
La conciencia de ojo, es nuestra vista y detecta distintos colores y objetos visuales.
La conciencia de oído, es nuestra audición, detecta y distingue los sonidos.
La conciencia de la nariz, es nuestro sentido de olfato, detecta y distingue los olores.
La conciencia de la lengua, es nuestro gusto, y detecta y distingue los sabores.
La conciencia del cuerpo, es nuestro tacto, detecta y distingue las sensaciones físicas.
La sexta conciencia, es la conciencia mental, normalmente la consideramos como nuestra mente. La conciencia mental tiene una variedad de funciones tales como la reflexión madura, memorización, análisis, la inferencia y el pensamiento abstracto. Ella también puede recibir y analizar las informaciones que vienen de los sentidos de las cinco conciencias que hemos mencionado anteriormente.
La mayoría de nosotros nunca hemos escuchado de la séptima conciencia, en los sutras budistas se le llama Manas. Manas es bastante especial porque toma la decisión y da las órdenes todo el tiempo, en la vida cotidiana ésta decide cuando nos tenemos que acostar, dar un paseo, comer, bañarnos, etc.… Pero funciona de una manera muy sutil, en general no nos damos cuenta de su presencia.
La octava conciencia, también es muy especial y enigmática, es conocida en el budismo bajo el nombre de ālaya, la conciencia básica o la esencia de Buda, ésta es como una poderosa grabadora de video que puede registrar cada pequeña cosa que hacemos, pero no nos damos cuenta de su presencia ni de su existencia, aunque ésta sea la base de nuestro ser.
En resumen, las seis primeras conciencias, perciben y distinguen lo que pasa en nuestro medio ambiente, la séptima conciencia decide y da órdenes todo el tiempo y está relacionada con las seis primeras, y la octava conciencia registra perfectamente y conserva cada acción del individuo, si imaginamos que nuestro cuerpo y la mente son como una gran compañía estas ocho conciencias serian el CEO, el gerente general, el supervisor, recepcionista y la persona que hace la actividad cotidiana. Si ellas no trabajan juntas en una perfecta armonía ya no podemos vivir una vida normal en este mundo.
Antes de que llegara la enseñanza de Buda Sakyamuni a este mundo, la gente no sabía que teníamos ocho conciencias, la mayoría de la gente y los religiosos, consideraban que nuestra mente que puede pensar, esta conciencia mental, es nuestra alma. Ellos creen que una vez que uno muere el alma no desaparece y también puede vivir en una nueva forma de existencia.
Sin embargo el Buda Sakyamuni explicó de una manera muy clara que la conciencia mental no es eterna, desaparece cuando uno muere y no puede transmitirse a las vidas futuras. De las ocho conciencias, la única que puede existir para siempre es la octava conciencia, la esencia de buda, que de la manera perfecta y precisa, forma nuestro futuro y la existencia que tendremos en la próxima vida, según el fruto kármico. Para explicarlo en palabras más sencillas, una persona virtuosa, renacerá en un ambiente agradable y una mala persona tendrá que sufrir en un ambiente doloroso, quizás como un animal, según las malas acciones cometidas en vidas pasadas.
Cada uno de nosotros tiene su propia esencia de Buda y ésta conciencia de Buda crea nuestro cuerpo y nuestra mente. Además, cada ser vivo, incluso tan pequeño como una hormiga, tiene su propia esencia de Buda. En el mundo físico, la montaña, las tierras de los continentes, los océanos, los planetas, las galaxias y hasta el universo entero, todos son obra de trabajo de las esencias de Buda de cada ser vivo, es un karma colectivo entre ellos, así que usted puede considerar que la esencia de Buda es un mago invisible.
¿Por qué tenemos que conocer la existencia de las ocho conciencias y sus funciones?
Al conocer la forma del funcionamiento de las ocho conciencias somos capaces de limpiar en profundidad dudas de la mente, nuestras emociones negativas y nuestros malos hábitos, mejorar nuestra concentración y finalmente nuestro juicio, etc.
Al final podemos vivir en una vida mucho mejor, mucho más feliz, una vida llena de sabiduría y libertad.
El Buda nos enseñó la esencia de Buda porque él quería que entendiéramos la realidad de este mundo, nuestra verdadera esencia, para podernos liberar de la miseria y el sufrimiento. Después de haber descubierto la esencia de Buda, poco a poco podremos liberar y utilizar su inmenso poder, al final, podremos alcanzar la omnipresencia, la iluminación perfecta y completa que es la iluminación de Buda y seríamos capaces de dirigir nuestra vida como lo hace el Buda.
El siguiente poema, resume de manera divertida las características de las ocho conciencias:
Los ocho hermanos viven en la misma casa, uno de ellos es inteligente y otro es más tonto,
los cinco hermanos tienen un comercio frente a la casa y el otro hermano observa lo que sucede atentamente.
Postdata:

Basada en las escrituras del Maestro Xuanzang, este libro tiene como objetivo presentar a los lectores la verdadera doctrina budista de las ocho conciencias. Entre las ocho conciencias, la octava, la conciencia ālaya es el centro principal y fundamental del budismo, la verdadera mente permanente, que todos los discípulos budistas tratan de encontrar.En los sutras budistas a veces le llamamos la conciencia de maduración (vipaka), la conciencia pura (amala), y a veces Tathagatagarbha. En budismo Chan (Zen) se le conoce bajo el nombre de la verdadera cara original. Antes del nacimiento, a veces lo llamamos paisaje nativo, una mente sin mente, o la mente que no puede mirar, no puede oler, no puede sentir y no puede saber. También lo llaman, el verdadero espíritu, mente de diamante, el Buda, el Dharma, la espada de Mo Xie.
El Maestro Xuanzang, es uno de los Maestros budistas más famosos de la historia de la antigua China, él llego a descubrir su octava conciencia cuando era adolescente y luego, para aprender sobre todas las etapas para alcanzar la budeidad, él realizó un viaje peligroso para recuperar los auténticos sutras que contienen todas las informaciones necesarias. Uno de los textos en sanscrito trataba sobre la etapa de la práctica de yoga y lo llamamos el Yogacarabhumi sastra, en este sastra se describe los diecisiete pasos a seguir para llegar a la iluminación.
Durante su estadía en India, el Maestro Xuanzang fue invitado por el Rey Harsha a participar en un debate religioso público, el Maestro Xuanzang mostró una extraordinaria elocuencia y ganó el debate, su nombre se hizo tan famoso en los cinco reinos de India, que los practicantes del Hinayana lo llamaron al Maestro Xuanzang, El Cielo de la Liberación, los practicantes del vehículo Mahayana y los herejes lo nombraron El Verdadero Sentido del Cielo. Como el Maestro Xuanzang tenía una profunda comprensión de la enseñanza budista, fue él quien tradujo una gran cantidad de Sutras del sánscrito al chino. Luego de su regreso a China, también escribió los textos de los estudios que tratan sobre las ocho conciencias, para mostrar claramente que la naturaleza humana tiene sólo ocho conciencias. Su explicación elocuente todavía es leída hoy en día con gran admiración.
El Maestro Xuanzang no fue el único practicante en la historia budista en China que encontró su octava conciencia, en el Chan, muchos Maestros tuvieron la misma experiencia, por ejemplo: Bodhidharma confirmó la iluminación del segundo patriarca Huike con la ayuda del Lankavatara Sutra.El quinto patriarca Hongren verificó la iluminación del sextro patriarca Huineng, utilizando el Sutra del Diamante, y Huineng después de alcanzar la iluminación dijo una frase muy importante que decía: ¡Quién hubiera pensado que la naturaleza de Buda no fue creada de manera incesante!, ¡Quién hubiera pensado que la naturaleza de Buda puede crear todos los fenómenos!
En el momento de la Dinastía Song, el Maestro de budismo Chan Dahui Zonggao y el Maestro Hongzhi Zhengjue comenzaron a difundir la enseñanza después de que llegaron a iluminarse, quiere decir que tenían el verdadero conocimiento directamente de la octava conciencia. Sus métodos fueron respectivamente meditación en koan y meditación silenciosa, los dos Maestros alimentaron una buena amistad porque ambos eran iluminados.
En el Tibet dos grandes Maestros de la tradición de Jonang, Dolpopa Sherap Gyeltsen y Taranatha, también encontraron su octava conciencia. Después de su iluminación, Dolpopa explicó su doctrina de otros vacíos (los demás son vacíos menos él) en su escrito de « Mountain Doctrine », mientras Taranatha trató el mismo tema en su obra « The Essence of Other-Emptiness Snow Lion ». También existen muchos más escritos de otros Maestros.
A diferencia de la octava conciencia que no fue creada, que es incesante, la conciencia mental es un fenómeno que tiene principio y fin, que desaparece durante un sueño profundo o un desmayo o en ciertos estados de meditación, y por supuesto en el momento de la muerte.Ella no viene de la vida pasada y no puede continuar a la próxima vida. La conciencia mental (sexta conciencia) aparece solamente bajo las condiciones necesarias:
La primera condición que se necesita es tener una facultad mental, esta facultad mental la llamamos Manas. La segunda condición necesaria son los objetos mentales. Estas propiedades de la conciencia mental son confirmadas por el Buda Sakyamuni, las otras personas que alcanzaron la iluminación también lo pudieron confirmar ya que ellos lo percibieron directamente así.
Además el estado de no mente que puede alcanzar una persona a través de la meditación sentada, también es un estado de la conciencia mental, independiente de los cinco objetos sensoriales que están presentes dentro de la conciencia mental. Incluso la ausencia de los cinco objetos sensoriales, o los estados sin pensamiento, lo que llamamos el segundo dhyāna, es un estado de la conciencia mental, al igual que el éxtasis que se puede lograr a través del tantra, que pretenden los lamaístas tibetanos para llegar a la “iluminación”. Todos estos son estados de la conciencia mental. Como hemos afirmado anteriormente, la conciencia mental sólo puede aparecer cuando la octava conciencia está de acuerdo con el Manas y cuando éste entra en contacto con los objetos mentales. Sin embargo, Manas y los objetos mentales, también son generados por la octava conciencia.
El Tathagatagarbha parece estúpido y lento.
Después de la aparición de la conciencia mental, el manas y los objetos mentales continúan interactuando y dependiendo de la octava conciencia.
En resumen, el espíritu que buscan los practicantes budistas es la octava conciencia, no es la conciencia mental, ni uno de sus estados de meditación. Aquellos que refutan la doctrina de las ocho conciencias y piensan que solo hay seis, nunca pueden ser iluminados dentro de Los Tres Vehículos del Bodhi.


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