viernes, 15 de abril de 2016

Día de la Iluminación de Budha

¡FELIZ DÍA DE LA ILUMINACIÓN DE BUDA!
El 15 de abril se conmemora el día en que Buda Shakyamuni mostró cómo alcanzar la iluminación en 589 a.c.
Este es un día muy importante en el calendario budista porque nuestras acciones son 100.000 veces más poderosas que cualquier otro día.
Este acontecimiento se celebra con una purificación especial y retiros de ayuno en los centros de budismo kadampa en todo el mundo basados en la práctica Gota de esencia de néctar.
Esta práctica asociada a Avalokiteshvara de once rostros es muy poderosa para purificar el karma negativo de nuestro cuerpo, palabra y mente, y para pacificar intensas perturbaciones mentales, como el odio y el apego.
También es un método especial para recibir bendiciones y mejorar nuestras experiencias de amor, compasión, y bodhichita.
La Mente Iluminada, al estar más allá del espacio y el tiempo, puede manifestarse en un infinito número de formas. Una de las más conocidas y más importantes es la de Avalokiteshvara, el Bodhisattva de la Compasión. La palabra íshvara significa 'el señor' y avalókita se traduce usualmente como 'el que mira hacia abajo'. Entonces, podemos decir que su nombre significa 'El señor que mira los sufrimientos del universo con compasión infinita'.
Junto con la Sabiduría, la Compasión es la cualidad más destacada de la Mente Iluminada. De hecho, son cualidades inseparables, como las dos caras de una moneda. Dado que un Bodhisattva representa el aspecto activo en el mundo de la Mente Iluminada, podemos decir que la Compasión es el aspecto más prominente del Bodhisattva.
Imaginemos que estamos mirando un cielo azul, infinito en todas las direcciones. Entonces, aparece en el cielo un loto blanco, bello y perfecto. De pie, en medio del loto, hay una figura muy extraña que inmediatamente nos llama la atención. Estamos fascinados por esta figura cuya cara tiene una expresión de paz y compasión infinita. De hecho, miramos más cuidadosamente y vemos que en realidad tiene varias caras, cada una mirando en una dirección distinta. Experimentamos un sentimiento de paz muy profunda y todas nuestras preocupaciones y miedos se disuelven. Parece que la figura está rodeada por una nube blanca, pero cuando nos acercamos vemos que es un gran número de brazos. Descubrimos que se trata de la figura del Bodhisattva Avalokiteshvara, con once caras y mil brazos.
La leyenda del origen de esta forma del Bodhisattva es muy bella. Hace muchísimo tiempo, el Bodhisattva Avalokiteshvara hizo un voto de salvar del sufrimiento a toda la gente del mundo y conducirla a la Iluminación. Además, juró que si titubeaba por un instante, cortaría su cuerpo en mil pedacitos.
Entró así en una meditación muy profunda de compasión, a través de la cual, aspiró a dirigir a todos los seres hacia la Iluminación por medios sutiles. Cuando salió de esta meditación, descubrió que sólo había ayudado a una parte muy pequeña de la gente y se sintió tan desalentado que pensó en dejar sus esfuerzos. En ese instante, su cabeza y su cuerpo comenzaron a desmoronarse en pedazos y, en su agonía, llamó al Buda Amitâbha para que le ayudara. Amitâbha lo reconstruyó con un nuevo cuerpo, con mil brazos y diez cabezas. Encima de aquellas cabezas le colocó su propia cabeza.
Podemos reflexionar sobre el significado de esta leyenda y luego regresaremos a ella. Como budistas nuestra aspiración es transformarnos de seres humanos ordinarios en seres iluminados, es decir, transformar nuestra mente en una Mente Iluminada, en beneficio de todos los seres sensibles. Pero cada vez que lo intentamos, inmediatamente encontramos una dificultad. Somos seres muy egoístas y por eso (casi) todo lo que hacemos es egoísta. ¿Qué podemos hacer?
En la leyenda de Avalokiteshvara, podríamos decir que, en el inicio, su motivación fue un poco egoísta. Él quería, como un solo ser viviente, salvar a todos los seres del sufrimiento y guiarlos a la Iluminación, pero bien pronto descubrió sus límites. Sin embargo, su aspiración era genuina. Entonces, llamó a un poder más allá de sí mismo que lo transformó en una forma más adecuada.
Si nosotros imaginamos que nos convertimos en un Bodhisattva, puede suceder que estemos cayendo en un arranque de ego y quizá pronto nos sintamos desalentados y dejemos de esforzarnos. Pero si nos consideramos como un miembro de una Sangha que está actuando de manera efectiva en el mundo, que está aliviando el sufrimiento en varias maneras, que está creciendo poco a poco, podemos ser más realistas y, a la vez, más eficaces en nuestra práctica altruista.
Cada quien actúa en la manera apropiada a su situación, a sus intereses, sus talentos y sus capacidades. Sangharákshita ha sugerido que la imagen de Avalokiteshvara de mil brazos y once cabezas es un buen símbolo para nuestra Orden, o más bien, que la Orden es un símbolo de Avalokiteshvara. Podemos considerarnos un brazo, una mano o incluso un dedito de Avalokiteshvara.

sábado, 2 de abril de 2016

Sintonízate con el Otoño

  • En esta época predomina el elemento aire. Según la ciencia ayurvédica, el otoño tiene las características de vata (ligereza, sequedad y frío), pero también tendremos ideas, creatividad, tendencia al cambio y a la comunicación.

  • Afina tu mente: como primera medida, conectémonos con las cualidades positivas del otoño. Si las tenemos presentes y nos dejamos inspirar, estaremos llenos de ideas, proyectos y apertura hacia la transformación. Para esto necesitamos despejar nuestro pensamiento y aprender a escuchar nuestra intuición, sintonizarnos con nuestros propósitos más auténticos, confiar en el camino que elegimos y comprometer el poder de nuestra mente para que nos ayude a llevarlos a cabo. Piensa bonito y recuerda que el aire es también el elemento del amor, la expansión y la universalidad que nos abre a lo sagrado.
  • Eleva tu espíritu: las prácticas espirituales nos dan una visión trascendente que expande nuestra conciencia. Nos ayudan a despejar nuestra mente, escuchar nuestra voz interior y reafirmarnos en las más altas vibraciones y pensamientos, además de darnos la disciplina para cumplirnos a nosotros mismos. La meditación con mantras es una herramienta muy valiosa del yoga para calmar una mente agitada y temerosa y regresar a las afirmaciones que nos acercan a la plenitud y la claridad.
  • Busca la regularidad: para darnos una estructura y facilitar la estabilidad mental es importante establecer rutinas. Es recomendable levantarse a la misma hora todos los días. Prefiere hacerlo temprano y con decisión para no darle cabida a la duda y a la inconsistencia del otoño. Establece horarios para comer a horas fijas y hacer un cronograma diario para cumplir con tus tareas de siempre y tus propósitos espirituales. Si lo dejamos a discreción de nuestra mente, esta podrá desviarse hacia la confusión, la duda y la falta de método porque estará más voluble y susceptible a dispersarse que de costumbre.
  • Modifica tu dieta: para contrarrestar el carácter seco del otoño es importante que te hidrates de manera constante. Prefiere consumir alimentos calientes, cocinados, con algo de grasas saludables y calorías, para equilibrar el frío en nuestro cuerpo y el desasosiego mental o emocional que pueda traer consigo la cualidad leve y cambiante del aire. Come granos enteros, sopas, y legumbres muy bien cocinadas. Evita las bebidas con gas o los alimentos que produzcan gases pues una tendencia del prototipo vata es acumular aire también corporalmente.
  • Afianza tu práctica de yoga: prefiere posturas que ayuden a concentrarnos, a darnos paz interior y a aquietar nuestra mente, pero que nos den piso y seguridad.  El yoga en otoño nos pide, por una parte, una práctica regular y determinación para ayudarnos en el proceso integral de centrarnos y equilibrarnos en medio de tanta actividad. También nos exige que modifiquemos un poco nuestra sesión de yoga físico, centrándonos en aquellos aspectos que debemos activar (el calor, equilibrio) o contrarrestar (el frío, lo seco, la actividad excesiva y variable del elemento aire).
  • Practica pranayama y meditación: la fortaleza física y profundidad mental de la práctica debe ser complementados con una meditación que nos de enfoque y claridad. Los ejercicios de pranayama, como la respiración de fuego, son excelentes para subir nuestra temperatura, y aquellos como el nadi shodhan (bloquear la fosa nasal derecha con el pulgar y hacer cinco respiraciones profundas a través de la fosa izquierda y luego cambiar) nos ayudan a equilibrar nuestro prana y a enfocar y calmar los pensamientos. La combinación entre unos y otros es ideal para las fuerzas dinámicas pero frías y despistantes del otoño.