lunes, 21 de julio de 2008

YIN YANG Y EL TAO.



Ying y Yang

A partir de los ciclos rítmicos entre polos opuestos, los chinos de la antigüedad establecieron el Yin y el Yang, concepto filosófico concebido como dos fuerzas opuestas, pero complementarias. Estas fuerzas interactúan y por medio de su interacción se transforman la una en la otra.

Agua: Las olas se precipitan hacia las rompientes y luego son devueltas al mar, el flujo y reflujo de las mareas.
Cielo: el cielo diurno y el cielo nocturno que transforma la luz en tinieblas.
Tierra: las cuatro estaciones con sus cambios y sus correspondientes ciclos de vegetación, un tiempo en el cual primavera, verano, otoño e invierno podrían equipararse a los ciclos de la vida.

Al percibir los ritmos de la Naturaleza, los taoístas percibieron ese mismo ritmo en el hombre. El hombre es un microcosmos en miniatura del Tao y su cuerpo está en armonía con el ritmo universal del Yin y del Yang.
Esto se evidencia en la inhalación y exhalación de la respiración, en los latidos del corazón, flujo de la sangre que entra y sale a cada latido. En los períodos o ciclos de vigilia y sueño, en el reposo y la actividad. Por otra parte, cada gesto y movimiento físico en el hombre, son expresión de Yin y de Yang, debido a la interdependencia entre la tensión y la relajación muscular.

El Yin y el Yang se entrelazan mostrando así la correspondencia o interdependencia de su relación. Son fuerzas gemelas y son las mitades de un todo.

La línea que divide el Yin y el Yang no es recta sino curva y otorga el flujo y la fusión final de una en la otra. Cómo la noche se transforma en día y cómo la marea sube para luego descender.

Ambas manchas, blanca y negra, en sus respectivas mitades, simbolizan el delicado equilibrio de la vida, pues en todas las cosas germina la semilla de su propio opuesto y al aproximarnos a un extremo, nos dirigimos a su opuesto.

El Yin es la cara sombría de una montaña profundizada por las sombras del sol poniente.
El Yang es la cara iluminada por el Sol. La parte en penumbras de la montaña, el lado Yin, se ilumina progresivamente hasta transformarse en Yang bajo los rayos del Sol naciente .

El círculo que rodea ambos extremos simboliza lo absoluto, el todo, la esencia que se da, se crea, tanto en aspectos positivos como negativos.

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