Cuando alguien nos sugiere probar con esta práctica milenaria nos imaginamos algo sedentario, aburrido, propio de gente con capacidad de estar quieta un buen rato. También, túnicas, budas, sahumerios y otros ingredientes. Pero el Yoga es otra cosa.
Muchas veces, cuando se habla del Yoga se piensa en una actividad casi sedentaria, de quietud, de posición de loto, con las palmas sobre las rodillas, los dedos pulgar y mayor unidos levemente.. Uno se imagina la respiración baja, los ojos cerrados, ropa blanca o naranja, sahumerio, alguna imagen de Buda o, en todo caso, alguien más osado haciendo la vela con una destreza que nos parece, a priori, difícil de alcanzar.
Ante la sola sugerencia de alguien que dice: "Por qué no hacés yoga"?, nos sentimos condenadas al aburrimiento más triste y a una calma imposible de soportar. Pues bien: gran error. El Yoga, bien entendido y bien practicado, es otra cosa.
Comparto mi experiencia. Me acerqué al Yoga como si fuera una caminante sedienta que se acerca a una fuente... Tuve suerte. Fue hace más de 15 años, había pasado tan malos momentos de pérdidas y tristeza que ya todo lo que fuera apareciendo sería para curar. En ese momento no me daba cuanta ni cuán generosa era esa fuente, ni cuán enorme era mi sed. Suele pasar.
Muchas veces no somos concientes de lo que vivimos hasta que no se nos presenta un agujero real que inunda alguna de nuestras partes: el cuerpo, el alma o el espítritu.
El Yoga es una técnica que, en cualquiera de sus versiones -hay muchas y todas tienen su propuesta interesante-, promete UNION. Y ante las cosas que vivimos, o el solo desarrollo de las diferentes etapas de nuestra vida, en general nos vamos desarticulando, contracturando, perdiendo nuestra flexibilidad e, incluso, endureciéndonos en nuestras maneras de contactar con los demás. Por eso, necesitamos volver a integrar nuestras partes, que cada parte del cuerpo recupere su función, su tono, su color...
Estamos más afuera que adentro, conocemos muchas veces más a los que nos rodean que a nosotros mismos,
Y no aceptamos cuánto necesitamos reconectarnos con nuestra fuerza y nuestra paz hasta que no intentamos cambiar algo.
Nos entrenan para rendir. Y si bien es correcto que realicemos con eficacia nuestro trabajo, o seamos buenas esposas o hijas ejemplares, no est´s bueno que un área de nuestra vida le quite lugar a las demás.
En el Yoga, uno de los primeros aprendizajes es que nada es más importante que el resto, que hay que integrar, frustrarse si es necesario, pero intentar seguir adelante.
El cuerpo aprende o reaprende lo que ya sabía de bebé con una sabiduría infinita: ¡es importante hacerlo volver! Trabajando desde adebtro hacia afuera cambiamos el paradigma, dejamos de sentir que el éxito está afuera, que somos lo que hacemos o el lugar que ocupamos.
En la práctica de Yoga, como en la vida, todos somos iguales y nuestro desafío es ese, esa unión con nosotros mismos. Unir huesos, músculos y piel, emoción, fuerza, silencio, oxígeno...
Practicar Yoga, lejos de ser aburrido, es MUY divertido, divertido por lo DIVERSO: la propuesta es recobrar la naturaleza de nuestro cuerpo. Y, desde ahí, desde nosotros, ser y hacer lo que hacemos y somos, con alegría y eficiencia.
Todo sale mejor si el cuerpo vuelve a ser de uno, somos más felices, más plenos y más sabios.
Lo mejor del Yoga para mí es que es una práctica exquicita que está disponible para todos. No hace falta ser una budista ZEN. Como yo, como vos, todos podemos vernos beneficiados con una técnica milenaria que seguramente podrás, desde mañana mismo, realizar muy cerca de tu casa.
fuente: entremujeres.com
Clases y prácticas de Yoga Integral ( Purna Yoga ) Bosque Peralta Ramos - Mar del Plata - Argentina
viernes, 23 de septiembre de 2011
domingo, 11 de septiembre de 2011
YOGA MES 9 EMBARAZO
Fotos tomadas a dias de llegada la primavera ,transitando el ultimo mes del embarazo, disfrutando de una práctica suave y revitalizante de yoga y meditación.
...el sonido del mar entre las cuevas de las rocas... la respiración del océano... los pájaros cantando alegremente y el sol energizante fueron la perfecta inspiración para una sesion de yoga prenatal.
...el sonido del mar entre las cuevas de las rocas... la respiración del océano... los pájaros cantando alegremente y el sol energizante fueron la perfecta inspiración para una sesion de yoga prenatal.
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